Después de largos días de trabajo, es posible que sienta la necesidad de recargar sus baterías cerca del mar, cerca de una cascada o en espacios verdes. Resulta que estos son ambientes ricos en iones negativos. Por otro lado, los entornos urbanos que contienen altos niveles de contaminación son ricos en iones positivos. Numerosos estudios muestran que los humanos tienen un deseo natural de equilibrar los iones positivos y negativos con la mayor frecuencia posible. Un excedente de iones positivos causa una sensación de depresión, mientras que los ambientes ricos en iones negativos proporcionan una sensación de bienestar.

¿Cuáles son los efectos positivos de los iones negativos en nuestra salud?

Contrariamente a su nombre algo despectivo, los iones negativos tienen efectos beneficiosos sobre la salud. Si faltan iones negativos en un entorno determinado, existe un mayor riesgo de que los ocupantes de ese entorno contraigan enfermedades respiratorias. 

Los estudios epidemiológicos también han contribuido al reconocimiento de los iones negativos como un medio eficaz para controlar el asma. 

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Ejemplo: Se llevó a cabo un estudio en Francia sobre una muestra de 30 sujetos que recibieron tratamiento a largo plazo. Cuando se expusieron a una alta concentración de iones negativos, fue posible reducir drásticamente su consumo de medicamentos. Este estudio ha llevado así a la correlación de que el aumento de iones negativos en un entorno conduce a:

• Estimulación de la generación de células epiteliales en la mucosa nasal
• Aumento de la velocidad del pulso de los cilios de la mucosa bronquial
• Optimización de la ventilación alveolar
• Un aumento en el nivel de saturación de oxígeno en la sangre 

Eso no es todo: los iones negativos también ayudan a combatir las migrañas y los dolores de cabeza. Las migrañas y los dolores de cabeza a menudo son causados por la producción excesiva de serotonina, y este fenómeno se puede resolver simplemente reequilibrando las cantidades de iones positivos e iones negativos en el cuerpo.  

Además, al producir demasiada serotonina, nuestro cuerpo tenderá a cansarse más. Aumentar la cantidad de iones negativos parece ser una solución de salud atractiva, ya que trata tanto los dolores de cabeza como la fatiga. Lo mismo ocurre con los trastornos del sueño.